¿Porqué ir al extranjero?

Joan Byerod

Oferta muy amplia

La oferta es muy variada: cursos de verano, campamentos, año escolar, intercambios, estancias que combinan estudio y deporte, en casa del profesor, programas para familias... Y las dudas la equiparan en número: ¿a partir de qué edad es conveniente que un niño asista a estos programas?, ¿cuánto tiempo?, ¿cuál es el más adecuado para mi hijo?..


Informarse y comparar 

Son los dos pasos imprescindibles para los padres que buscan un curso de estas características para sus hijos. Internet es una fuente inagotable de información, aunque se debe tener siempre en cuenta de dónde procede la información y su nivel de objetividad. Los expertos en la materia apuntan que lo más adecuado es consultar directamente con varias organizaciones y buscar comentarios sobre ellas en blogs y redes sociales.

 

Oferta muy amplia

La oferta es muy variada: cursos de verano, campamentos, año escolar, intercambios, estancias que combinan estudio y deporte, en casa del profesor, programas para familias... Y las dudas la equiparan en número: ¿a partir de qué edad es conveniente que un niño asista a estos programas?, ¿cuánto tiempo?, ¿cuál es el más adecuado para mi hijo?...

 

Según Bernie Maguire, «adviser examinations and acreditation» de British Council, lo primero que tienen que hacer los padres es motivar a sus hijos. «Es fundamental que los niños aprendan otro idioma con ilusión, no como una obligación a la que tienen que hacer frente. Existen multitud de recursos con los que los padres se pueden divertir con ellos mientras aprenden, como las webs infantiles, películas de dibujos animados, juegos, libros, apps con cuentos y vídeos, etc. Es fundamental que sientan que quieren aprenderlo, no que tienen que hacerlo».

 

Una vez que tienen esa motivación, en Aseproce aseguran que la edad recomendada para enviar a un niño a estudiar idiomas al extranjero es a partir de los 12/13 años, aunque reconocen que cada vez van más jóvenes, de 11 y 10 años. «Si los padres tienen muchas dudas —añade David Calafat, de Infoidiomas.com—, quizá deberían comenzar por probar con un campamento de idiomas en España y pasar al año siguiente a un primer viaje al extranjero. Seguramente, el niño lo pasará tan bien en su primera experiencia que será quien más insista en repetirlo en destinos más lejanos».

Marta Galea, secretaria de Aseproce, matiza que la opción para los más pequeños, a partir de los 6 años, son los campamentos de idiomas en España, que combinan la enseñanza del idioma con actividades de multiaventura, deporte o actividades culturales, artísticas y sociales.

 

En cuanto a los destinos, siempre es recomendable que la primera experiencia en el extranjero se realice en lugares cultural y geográficamente más próximos, como Irlanda o Malta. Y para salidas posteriores, destinos más distantes, como EE.UU., Canadá o Australia, donde además el acento y el vocabulario suponen un nuevo reto para el aprendizaje. Los destinos más lejanos, como Australia o Nueva Zelanda, requieren de más tiempo y se recomiendan a mayores de 18 años.

 

Respecto al tipo de programa a seleccionar, los niños más pequeños prefieren convivir con otros compañeros de su misma edad. «Por este motivo, hasta los 12 o 14 años los alojamientos en residencias o colegios suelen ser las mejores opciones -apunta Marta Galea-. Conviven durante las veinticuatro horas del día con otros niños de todo el mundo, alojándose en dormitorios comunes y asistiendo a clase en las instalaciones del propio colegio o residencia». La duración es de entre dos y cuatro semanas. «Los chicos viajan en grupo acompañados por monitores —explica David Calafat—. El precio medio de un curso de tres semanas en Irlanda o Inglaterra es a partir de 3.500 euros, todo incluido».

Desde los 14 años, los niños son algo más celosos de su intimidad y prefieren un alojamiento en familias nativas, con las que convivirán durante unas semanas, y asistirán, al mismo tiempo, a clase con otros estudiantes.

A partir de los 18 años, «los programas pueden ser más económicos, ya que no es necesario realizar el viaje en grupo con acompañamiento y el programa no es "todo incluido", pudiendo organizar un programa a medida de sus objetivos y presupuesto», apunta Marta Galea.

 

Otra de las fórmulas más eficaces para dominar un idioma es cursar un año académico. Los programas de año escolar suelen incluir alojamientos en residencias universitarias en habitaciones dobles o individuales.

 

Toda la familia junto

Desde hace cuatro años, las estancias en familia tienen cada vez más seguidores. «Muchos padres aprovechan el tiempo libre que tienen en verano para ir con sus hijos a un país a practicar el idioma —afirma Marta Galea, de Aseproce—. Por la mañana van tanto padres como hijos a diferentes clases, en función de su edad y nivel de idiomas, y, por la tarde disfrutan de su tiempo libre. Es una buena fórmula para compaginar ocio y estudio con los tuyos».

 

Por lo general, los programas clásicos de idiomas en verano combinados con actividades y visitas culturales siguen siendo los más demandados, aunque cada vez son más los cursos especializados que consiguen que los niños estudien idiomas, por ejemplo a través del deporte. «Existen clubes deportivos de la élite del futbol o del baloncesto que durante los meses de verano abren sus instalaciones para que jóvenes de todo el mundo se entrenen como si fueran los jugadores del primer equipo —apuntan desde Infoidiomas.com—. Para un forofo del fútbol suele ser un incentivo hacer, por ejemplo, un "Soccer English Camp" en el campo del Manchester United o del Chelsea... Un aliciente más para aprender idiomas».

Por websitebuilder 19 may, 2021
Aprender Ingles en un país de habla inglesa
Por websitebuilder 19 may, 2021
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